En 1637 se construyó la ermita de San
Antonio de los Portugueses, luego de los Alemanes, en el Real Sitio del Buen
Retiro. Estuvo situada donde hoy se alza la escultura del Ángel Caído. En 1760
Carlos III la transformó en la Fábrica de porcelana del Buen Retiro y para ello
trajo de Italia a 220 personas entre hombres, mujeres y niños para que la
fábrica se convirtiera en la continuación de la de Capodimonte. A la plantilla
inicial se le unieron españoles de la Academia de Bellas Artes.
La fábrica era conocida por los
madrileños como “la China” porque para los españoles, la porcelana siempre era
de ese país. Durante la Guerra de la Independencia fue usada como polvorín y
destruida en 1812.
Cerca de la antigua fábrica se hallaba
el denominado Huerto del Francés, utilizado durante muchos años como almacén
municipal para los monumentos y adornos desmontados. Aprovechando los hallazgos
encontrados en dicho huerto en el año 2000, el arquitecto Jaime Lorenzo
Sáiz-Calleja construyó un molino similar al que debió existir para alimentar de
agua y se excavó el estanque de ladrillo macizo. Además, varios restos de la
antigua Fábrica de porcelana del Buen Retiro han quedado a la vista.
Del libro “Los porqués de Madrid”, Isabel Gea.
Fecha de la publicación:
Octubre 2010 - 13.95 €.
Editorial: Ediciones La
Librería.
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