La plaza de la
Cebada fue por un tiempo el lugar donde se llevaban a cabo
las ejecuciones, que hasta comienzos del siglo XX eran públicas.
El 7 de
noviembre de 1824 fue ahorcado Rafael de Riego, quien en sus últimos momentos,
no tuvo fuerzas suficientes para enfrentarse con la muerte, provocando un
desagradable espectáculo de su abatimiento.
El corregidor marqués viudo de
Pontejos trasladó las ejecuciones a las afueras de la Puerta de Toledo en 1834.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
http://www.edicioneslalibreria.es/
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