Pues
sí, el Museo del Prado ha tenido una gran idea al reproducir en relieve una
serie de cuadros de importantes artistas para que los invidentes puedan
tocarlos y recorrerlos. Se han colocado en la galería norte de la planta baja.
De momento son seis pinturas conocidas, entre ellas, la de La Gioconda. Además,
la sala cuenta con paneles explicativos en braille y, además, gafas opacas para
aquellos videntes que quieran probar este tipo de experiencia sensorial.
Desde
aquí nuestro aplauso a tan buena iniciativa de acercar la pintura a los
invidentes.
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