Durante
150 años permanecieron “perdidos” dos códices de Leonardo Da Vinci en la
Biblioteca Nacional, entre los millones de libros que atesora por una signatura
incorrecta y, en 1964 aparecieron gracias a un estudioso americano. Desde
entonces son conocidos como Códice Madrid I y Códice Madrid II y que tienen la
característica de estar escritos de derecha a izquierda. El primero es un
«tratado de «estática y la mecánica en el que se encuentra un
dispositivo que perfeccionó el mecanismo de los relojes» y el segundo un
inventario de su propia biblioteca.
El Teatro Real se construyó en el solar del antiguo teatro de los Caños del Peral que fue derribado por su mal estado en 1817. Un año más tarde, comenzó la construcción del nuevo teatro que se prolongó a lo largo de más de treinta años, siendo inaugurado en 1850 por la reina Isabel II. La planta del teatro resultó muy forzada por el solar que ocupaba, lo que había obligado al arquitecto Antonio López Aguado a articular la sala y el escenario de tal manera que quedaron muchos espacios vacíos así como un difícil tránsito a través de las alas y de las cajas de escaleras. Como la entrada por la plaza era de uso exclusivo para la familia real, y el público entraba por la fachada posterior en la plaza de Isabel II, los espectadores se veían obligados a recorrer interminables pasillos y escaleras. Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico señaló que «este edificio [el teatro] tiene la planta mas ingrata que para un edificio de esta clase ha podido elegirse». En cualquier calleje
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