El
propietario del local no quiere negociar. Sin embargo, Gerardo Pérez, socio del
Café Central, ha encontrado un “clavo ardiendo” al que agarrase para mantener
el café abierto, al menos cinco años más: se trata de «una disposición
adicional en la ley que otorga una moratoria adicional de cinco años para
aquellos locales que hubiesen sido traspasados antes de 1990. Y así sucedió con
este local. En 1981 una antigua socia que figuraba en el contrato dejó el
negocio y el resto tuvo que pagar un traspaso para continuar en el mismo lugar».
Este mes, él ha pagado religiosamente la mensualidad, al precio de siempre,
pero el propietario la ha devuelto, así que no se descarta un conflicto
judicial.
De momento, el café, como cada día, mantiene sus puertas
abiertas, con sus conciertos en directo y con la ilusión y esperanza de ajustar
los gastos para ver si puede seguir resistiendo más allá de 2020.
¡Quizá una no tan mala noticia!!
ResponderEliminar