El
aumento del número de radares situados por toda la ciudad se salda con una
cifra escandalosa de recaudación: los sufridos madrileños pagamos 30.000 multas
mensuales por exceso de velocidad. El Ayuntamiento “solo vela por nuestra
seguridad” y por eso, acosa y persigue impunemente a los automovilistas que
circulan a una velocidad superior a la permitida.
Todo
sea por “nuestra seguridad”. ¡Manda hu****! Que diría Federico Trillo.
No hace
falta que “velen” tanto por nuestra seguridad, que eso ya lo hacemos nosotros.
Se nos toma por tontos cuando se nos dice que el Estado -y los ayuntamientos-
“velan por nuestra seguridad”, cuando todos sabemos el afán recaudatorio que
suponen las multas Punto. “Velar por nuestra seguridad” le sale muy, pero que
muy rentable al Ayuntamiento. Y, al igual que los Presupuestos Generales del
Estado incluyen el dinero que se va a recaudar por multas de tráfico, el presupuesto
municipal madrileño para 2015 prevé unos ingresos de 93,6 millones.
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