La Comunidad de Madrid aprobó ayer la modificación del Plan
General de Ordenación Urbana la cualpermite que los 52.000 metros cuadrados de
la manzana de Canalejas se conviertan en un hotel de lujo y un centro
comercial.
Y lo que es peor, se da carta blanca el recrecimiento de
tres plantas que romperán la estética de unas fachadas emblemáticas de Madrid,
tal como lo contaron los organizadores de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio en la
visita guiada. Os pondré las fotos que hice directamente a la pantalla de
televisión donde se ve perfectamente dicho recrecido. Un horror.
Si ya de por sí es una mala noticia, el portavoz del
Gobierno Regional, Salvador Victoria, señala que este cambio «no sólo se podrá
aplicar en el proyecto de Canalejas, sino en general en todas las parcelas
catalogadas, en todas las parcelas no catalogadas del casco histórico y en las
colonias protegidas de la capital». ¡Y se queda tan pancho! No hace honor a su
nombre de salvador.
¡Bien, sí, señor, da gusto cómo sus señorías protegen
nuestro patrimonio!
A partir de ahora veremos cómo los chalecitos de las
colonias que se construyeron al amparo de las sucesivas leyes de Casas baratas
en el siglo pasado, irán cayendo bajo la piqueta para construir lujosos
edificios de viviendas. ¡Sí, señor! Y así podrán caer el Beti-Jai o el
edificio de El Imparcial, incluidos en la visita guiada como cayó no hace mucho
la Puerta del Río, por ejemplo.
¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrr hay cosas que claman al cielo y me
cabrean enormemente!
El no muy extenso libro del Madrid desaparecido lleva camino
de convertirse en un catálogo de despropósitos.
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