El ABC
ayer se hizo eco de una curiosidad madrileña publicada por el blog de nuestro compañero Secretos de Madrid para
contar al gran público cómo, en 1896, el Ayuntamiento tuvo la ocurrencia de
pavimentar la calle del Arenal con corcho y amortiguar así el ruido producido
por el paso de carros, caballos y mulas.
Y fue
un éxito. Los vecinos aplaudieron la medida, el silencio volvió a reinar en la
antes ruidosa calle del Arenal. Miel sobre hojuelas, pensó el Ayuntamiento
dispuesto a extender el nuevo pavimento a otras céntricas calles. Mas ay, llegó
la primera lluvia y el experimento se fue a pique, los ediles no tuvieron en
cuenta lo frágil que se vuelve el corcho con el agua.
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