Ir al contenido principal

La leyenda del convento de San Plácido





Buenos y “plácidos” días desde mi Madrid del alma :)

15,7º de temperatura gozamos en el centro de la ciudad, la humedad ronda el 91% y tenemos “brisa muy débil” del Sureste de 6 km/h con rachas de “brisa débil” de hasta 15 km/h. (Brisa muy débil = 5-11 km/h, se mueven las hojas de los árboles, empiezan a moverse los molinos; brisa débil = 12-19 km/h, se agitan las hojas, ondulan las banderas). La predicción de la Aemet para hoy es riesgo de un 35% de lluvias hasta las 18 horas y a lo largo de la noche, de un 100% de tormentas con “aparato eléctrico” como lo suelen llamar. (Siempre nos imaginamos a los ángeles y santos allá arriba enchufando los electrodomésticos todos a una y trasladando muebles de un lado a otro, de ahí los truenos).

El Sol se ocultará a las 19,45 horas y la Luna, lunita clara, anda menguándose poco a poco y está al 91,86% de luminosidad.

Para aquellos que se están iniciando en el fascinante tema madrileño, recomendamos la lectura de la leyenda que el ABC publica hoy: la de las monjas supuestamente endemoniadas de San Plácido. Hasta la Santa Inquisición tuvo que intervenir. Todo comenzó con una monja a la que hubo que exorcizar para sacar al diablo que dentro de ella habitaba. Pero de poco sirvió, el ser diabólico no se conformó con una monja y “contagió” a otras veintiséis.

Hace años, el psiquiatra Enrique González Duro escribió un libro sobre el tema “Demonios en el convento. El conde-duque de Olivares frente a la Inquisición”. Los demonios hablaban por boca de las monjas, lanzaban profecías y el valido del rey acudía a la madre superiora que, por medio del diablo, le repetía al conde duque que tendría el tan ansiado hijo que nunca llegaba. Para este psiquiatra los sucesos del convento de San Plácido fueron fruto de una histeria colectiva de la que solo se salvaron cuatro monjas.

¿Y si no fue una histeria colectiva y fuera cierto que el diablo habitaba en el cuerpo en las monjas?

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Por qué los madrileños llaman Lista a la calle de José Ortega y Gasset?

La calle de José Ortega y Gasset recibió este nombre en 1955, cuando se eliminó su primera denominación, calle de Lista, el cual se asignó en 1871 y estaba dedicada al sacerdote, escritor y matemático sevillano del siglo XVII, Alberto Rodríguez Lista y Aragón.  A pesar de los años transcurridos desde que recibió su nueva denominación, popularmente, los madrileños la siguen llamando Lista, quizá también por la permanencia del nombre en la estación de metro. Del libro “Los porqués de Madrid”, Isabel Gea. Ediciones La Librería. ___ edición. ___ €. http://www.edicioneslalibreria.es/  

Origen del nombre de Moncloa

El distrito de Moncloa debe su nombre a los condes de Monclova (con v) ‑título que ostentan actualmente los duques del Infantado-, dueños de gran parte de los terrenos donde hoy se asienta el distrito.  Los condes residían en el antiguo palacete de la Moncloa el cual pasó a distintos propietarios y fue destruido durante la Guerra Civil, por ser toda esta frente de batalla.  El actual palacio de la Moncloa, mucho menor en tamaño, se construyó imitando el estilo antiguo del primitivo.  Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte Isabel Gea. Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€. http://www.edicioneslalibreria.es/

¿Por qué el edificio del Teatro Real tiene forma de ataúd?

El Teatro Real se construyó en el solar del antiguo teatro de los Caños del Peral que fue derribado por su mal estado en 1817. Un año más tarde, comenzó la construcción del nuevo teatro que se prolongó a lo largo de más de treinta años, siendo inaugurado en 1850 por la reina Isabel II. La planta del teatro resultó muy forzada por el solar que ocupaba, lo que había obligado al arquitecto Antonio López Aguado a articular la sala y el escenario de tal manera que quedaron muchos espacios vacíos así como un difícil tránsito a través de las alas y de las cajas de escaleras. Como la entrada por la plaza era de uso exclusivo para la familia real, y el público entraba por la fachada posterior en la plaza de Isabel II, los espectadores se veían obligados a recorrer interminables pasillos y escaleras. Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico señaló que «este edificio [el teatro] tiene la planta mas ingrata que para un edificio de esta clase ha podido elegirse». En cualquier calleje