Recordamos
desde aquí que esta madrugada, los relojes deberán atrasarse una hora. A las 3
habrá que retrasar la manecilla una hora y que marque las 2 de la madrugada.
Se
puede hacer a la hora que uno quiera, siempre y cuando, al día siguiente se
levante con la hora cambiada porque si no, es un follón y no sabe uno si tiene
la hora antigua o a nueva.
En
nuestra casa solemos cambiar la hora después de cenar, nos hace mucha ilusión
saber que contamos con una hora más para esa afición tan sana como es la lectura
de un libro en la cama, en nuestro caso, una novela negra que se desarrolla en
Ciudad del Cabo (Trece Horas, Deon Meyer. RBB serie negra, 2014).
¡Feliz
sábado, sabadete...! :)
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