Pues
esta vez ha sido en la calle de Ayala, a la altura del 124. No ha habido que
lamentar ninguna víctima, menos mal, aunque al dueño del coche destrozado,
maldita la gracia le habrá hecho ver cómo ha quedado su vehículo. Los bomberos
tuvieron que acudir a retirar la rama.
Mejor
será no andarse por las ramas y salir con casco, por si acaso.
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