En periodos de crisis, el ingenio se agudiza y
se inventan trabajos, como el “colista”. Que no es otro que el que se pone a
esperar en una cola a cambio de un dinero. Autónomos reconvertidos en
guardadores de colas son los encargados de acampar día y noche aprovechando el
tirón de los súpermegaconciertos de verano.
Las
empresas Etece.es y Notengotiempo.es ponen a disposición de los fans, el
servicio de guarda-colas, por un precio estipulado. En el pasado concierto de
One Direction, un grupo de fans adolescentes permaneció acampado durante dos
meses frente al estadio Vicente Calderón, para poder sacar entradas y ver y
escuchar a sus ídolos.
Así las
cosas, muchos padres prefieren contratar los servicios de guarda-colas y evitar
que sus hijos (e hijas, políticamente correcto) pasen días y noches acampados
para poder comprar entradas para asistir a los conciertos.
El
“vuelva usted mañana” que decía Larra ha muerto. El colista espera el turno del
cliente en las largas colas y, con una autorización firmada, realiza el trámite
por el que fueron contratados, incluso ¿por qué no? la matrícula del chaval en
el colegio.
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