Al
Edificio España le han salido varios novios, chinos, mexicanos y brasileños se
lo disputan. Los inversores internacionales le han echado el ojo a este
emblemático edificio. Emilio Botín, presidente del banco Santander, que pensaba
remodelarlo para poder venderlo mejor se ha encontrado que Wang Jianlin, el
empresario más rico de China, entre otros, quiere quedárselo.
Pinto,
pinto, gorgorito, saca la mano de veinticinco... esconde esa mano que viene el
chino y se queda con el Edificio España.
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