Antes
del verano se podrá pagar el tique de los parquímetros con el móvil. O sea
mayor comodidad para los sufridos ciudadanos que debemos pagar por aparcar en
la calle.
Los
postes expendedores de los tiques serán “inteligentes” porque «bonificarán
o penalizarán en función de las emisiones de óxido de nitrógeno y los vehículos
se clasificarán aplicando la normativa de homologación europea Euro y su
tecnología. Desde el Gobierno municipal calculaban que el 70 por ciento de los
coches que circulan por Madrid pagarían igual o menos».
Vamos, que los coches más viejos y que contaminan más,
pagarán más por aparcar. ¡Menuda discriminación!
¿Nuestra querida y nunca bien ponderada alcaldesa pretende
así convencernos de que quiere un Madrid menos contaminado y con un parque
móvil sostenible (palabra de moda) y ecológico y, de paso, fomentar la venta de
coches nuevos para evitar tener que pagar más y así ayudar al sector
automovilístico? ¡Anda ya! Lo que quiere es recaudar más dinero de los coches
más antiguos. ¿Y no se ha parado a pensar la regidora que el que tiene un coche
de más de diez años no suele ser por gusto sino porque no le queda más remedio
porque no puede comprarse uno nuevo?
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