Esta
mañana, para celebrar que el dentista me había quitado ¡por fin! el dolor del
diente, me acerqué a la Feria de Artesanía de la plaza de España. Una cita
obligada para mí cada año.
Antes
de entrar en ella, me fijé en que el agua de la fuente de la plaza de España
rebosaba espuma como si de una lavadora se tratara.No sé si es obra de algún
bromista, o de los empleados de las fuentes que están en huelga desde la
madrugada del sábado.
Las que
no han perdido tiempo han sido las dos ninfas de la fuente que, emulando a las antiguas
lavanderas del cercano Manzanares, han aprovechado para lavar la ropa de los
querubines y tenderla al sol.
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