Ir al contenido principal

Madrid sigue perdiendo turistas





Bueno, no es que se pierdan los turistas por Madrid, es que vienen menos.

 La ciudad cierra los once primeros meses del año con una caída del 6,9% de turistas llegados a Madrid según la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur). Madrid es la única comunidad que ha perdido turistas internacionales en datos interanuales. Cataluña ha aumentado un 7,4% con 14,8 millones de turistas llegados frente a los 3,9de Madrid. Le sigue Baleares con 11 millones de viajeros

No se trata de hace una relación exhaustiva de los motivos por los cuales se ha producido este descenso tan acusado del turismo internacional. Todos los sabemos, y si no, que se lo pregunten a los comerciantes y hosteleros madrileños que bien lo saben ellos. Pero así las cosas, habrá que hacer algo para captar de nuevo el interés por nuestra ciudad entre los extranjeros, digo yo.

Personalmente se me cae el alma al suelo cada vez que paseo por el centro de Madrid. Casi parece que vivimos en una ciudad tercermundista. La calle Arenal, tan flamante peatonal en la que se convirtió hace unos años, ahora luce agujeros rellenados de tierra y con vallas amarillas para impedir que los paseantes metan el pie donde no deben, amén de gran cantidad de losetas sueltas que, en días de lluvia, son una trampa por la salpicaduras que se producen al pisarlas. La Puerta del Sol, crisol del kilómetro 0 de España es una auténtica gymkana sorteando todo tipo de obstáculos: manteros que venden objetos falsificados, estatuas vivientes y hombres-anuncio de “compro oro” que se han multiplicado como setas, mariachis, la cuadrilla de muñecotes encabezada por Mickey Mouse y HelloKitty, la cabra que repiquetea sin cesar su mandíbula, los vendedores de lotería y los de La Farola, los pedigüeños de las esquinas, los rumanos que a la mínima que uno se descuida le han birlado la cartera, etc.

Y mejor no hablar ya de la Plaza Mayor y su perenne tufo a orín provocado por los menesterosos que han hecho parada y fonda las 24 horas en los soportales, o el Barrio de las Letras, cada vez más descuidado, la Gran Vía con más comercios cerrados... Ni siquiera el barrio de Salamanca se libra de las calles llenas de hojas y papeles sin barrer.

Y hablando de los residuos arbóreos, la campaña de la hoja, un año más, consiste en “barrerse” a sí misma gracias a los sufridos madrileños que, gratuitamente, pisan y pisan las hojas caídas y así, terminan pulverizadas y ¡oh, qué suerte! el viento sopla el polvillo pulverizado haciendo que desaparezca lentamente.

Y las sempiternas manifestaciones, a razón de 10,9 al día pues según se ha dicho, a lo largo de este año, los sufridos madrileños, y por ende los turistas, hemos padecido la nada despreciable cifra de 4.000 manifestaciones, que se dice pronto.

Los museos han visto cómo han descendido las visitas, salvo el Reina Sofía que cierra el año con récord gracias a la exposición sobre Dalí.

En resumen, y me duele tener que admitirlo, mi Madrid del alma se ha convertido en una ciudad sucia, fea, maloliente, descuidada, degradada, triste y con comercios cerrados uno sí y otro también, incómoda e inhóspita. Decía Unamuno aquello de “me duele España”, pues yo digo “me duele Madrid”. Y va a llevar mucho trabajo recuperar esta ciudad y devolverla al lugar donde estuvo durante años siendo destino escogido por turistas extranjeros y nacionales y al lugar del que los madrileños nos sentíamos orgullosos.

Para este nuevo año que va a comenzar dentro de poquitos días, ¡pónganse las pilas señora alcaldesa y señor presidente de la Comunidad de Madrid!

-------------------

Comentarios

  1. Tal como me dijo mi amiga cuando fui a Españadescubre Madrid. Tiene mil cosas interesantes pero no se publicitan mucho.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿Por qué los madrileños llaman Lista a la calle de José Ortega y Gasset?

La calle de José Ortega y Gasset recibió este nombre en 1955, cuando se eliminó su primera denominación, calle de Lista, el cual se asignó en 1871 y estaba dedicada al sacerdote, escritor y matemático sevillano del siglo XVII, Alberto Rodríguez Lista y Aragón.  A pesar de los años transcurridos desde que recibió su nueva denominación, popularmente, los madrileños la siguen llamando Lista, quizá también por la permanencia del nombre en la estación de metro. Del libro “Los porqués de Madrid”, Isabel Gea. Ediciones La Librería. ___ edición. ___ €. http://www.edicioneslalibreria.es/  

Origen del nombre de Moncloa

El distrito de Moncloa debe su nombre a los condes de Monclova (con v) ‑título que ostentan actualmente los duques del Infantado-, dueños de gran parte de los terrenos donde hoy se asienta el distrito.  Los condes residían en el antiguo palacete de la Moncloa el cual pasó a distintos propietarios y fue destruido durante la Guerra Civil, por ser toda esta frente de batalla.  El actual palacio de la Moncloa, mucho menor en tamaño, se construyó imitando el estilo antiguo del primitivo.  Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte Isabel Gea. Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€. http://www.edicioneslalibreria.es/

¿Por qué el edificio del Teatro Real tiene forma de ataúd?

El Teatro Real se construyó en el solar del antiguo teatro de los Caños del Peral que fue derribado por su mal estado en 1817. Un año más tarde, comenzó la construcción del nuevo teatro que se prolongó a lo largo de más de treinta años, siendo inaugurado en 1850 por la reina Isabel II. La planta del teatro resultó muy forzada por el solar que ocupaba, lo que había obligado al arquitecto Antonio López Aguado a articular la sala y el escenario de tal manera que quedaron muchos espacios vacíos así como un difícil tránsito a través de las alas y de las cajas de escaleras. Como la entrada por la plaza era de uso exclusivo para la familia real, y el público entraba por la fachada posterior en la plaza de Isabel II, los espectadores se veían obligados a recorrer interminables pasillos y escaleras. Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico señaló que «este edificio [el teatro] tiene la planta mas ingrata que para un edificio de esta clase ha podido elegirse». En cualquier calleje