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Dice que “tendrá concejales”, nada de “delegados” puesto que el Tribunal
Constitucional ha anulado la Ley de Grandes Ciudades que permitía esta
figura. Pues mire, tiene toda la razón, a mí eso de “el delegado de...” o “la
delegada de...” nunca terminé de acostumbrarme. Será que voy pa’mayor y me
gusta más el término de toda la vida “concejal”. Los delegados están bien para
las empresas, pero para el Ayuntamiento, no. ¡Menos mal que al ínclito señor
Gallardón no se le ocurrió sacarse otro cargo de la chistera que fuera el
“consejero delegado” y ya el Consistorio habría parecido una empresa privada.
El Ayuntamiento tiene alcalde y concejales. Y punto.
Y si doña Espe gana las elecciones municipales, una hermana
de ella, que trabaja en el Ayuntamiento, «tendrá que salir» porque «jamás ha
colocado a ningún familiar con ella» y le parece muy bien la decisión adoptada
por Ana Botella que impedirá que se puedan nombrar cargos de confianza a
familiares de ¡hasta cuarto grado!
Así que ya saben los hermanos, hermanas, primos, primas,
cuñados, cuñadas, sobrinos, sobrinas, hijos e hijas y demás parentelas, nada de
frotarse las manos esperando a recibir un puesto en el Ayuntamiento.
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