Sin
ánimo de ofender a los madridistas, el nuevo estadio Santiago Bernabéu es un
mamotreto impresionante y es lógico que los vecinos estén en contra de su
ampliación. A nadie le gusta que le edifiquen delante de su casa un
supermegaestadio que les quita vista, luz, sol y trae consigo más problemas de
aparcamiento, botellón, tenderetes... Si ya de por sí, el actual estadio es
enorme, el nuevo proyectado por el Estudio Lamela, es imponente.
Se
puede aducir que el estadio ya existía cuando se empezaron a construir los
primeros edificios de viviendas de la prolongación de la avenida del
Generalísimo, como así se conocía esta zona del paseo de la Castellana, pero lo
cierto es que ha quedado encerrado entre cuatro calles y su ampliación desborda
el propio espacio.
Cuando
no se tiene en cuenta el entorno, pasa lo que pasa, y si no, tenemos un claro
ejemplo en el Palacio de los Deportes que sobresale, espantosamente, por encima
de la calle de Alcalá. El impacto visual circulando por la citada calle es toda
una bofetada al mal gusto.
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