Así es
David Castro, un informático que un día decidió dejar los ordenadores y
dedicarse a los que le gustaba: fabricar cerveza, una cerveza cien por cien
madrileña, con nombre de diosa, La Cibeles, como no podía ser menos y con
ingredientes cien por cien madrileños. En cuatro años Cervezas La Cibeles ya ha
cosechado varios premios internacionales y la exporta a países como Estados
Unidos, Nueva Zelanda, Japón, Suecia y Finlandia.
Castro
comenzó a fabricarla en su casa, «con la olla de cocido» de su madre. Hoy tiene
una pequeña fábrica en Leganés que da trabajo a seis empleados que elaboran 19
variedades de cervezas diferentes de entre dos y doce grados de alcohol: rubia,
negra, roja, dulce, amarga...
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