Se pongan como se pongan, si los restos de Cervantes
aparecen, no saldrán «nunca» de la iglesia, salvo para su estudio en un
laboratorio. Después se le dará un enterramiento digno. «Lo que tiene claro el
Ejecutivo de Ana Botella es que la exposición que pudiera llevarse a cabo con
lo que quede de su cuerpo sería solo del escritor. «Habría que decidir dónde
ponerlo, aunque se desconoce la fórmula», detallan. Incluso podría ser
simplemente una lápida con algún tipo de escultura. «Sus restos no serían un
objeto de feria», afirma el promotor de su búsqueda, Fernando Prado.».
Aunque la mayor parte de los restos hallados son de menores,
todo el material que ha aparecido como tejidos, zapatos, botones y monedas
desde 1600 que dan una idea de la vida de los madrileños de clase alta y baja
de distintas épocas, desde 1600 hasta bien entrado el siglo XIX.
Las monjas trinitarias no tienen inconveniente en que su
iglesia se convierta en lugar de peregrinación para turistas, curioso y
estudiosos de Cervantes pero...
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