Es lo
que cuentan los rumanos asentados en la capital. Prefieren pasar la noche
debajo de un puente, abrigados al máximo que vivir en Rumanía. Según el Samur Social,
cada noche, quince asentamientos rumanos de etnia gitana despliegan sus
colchones, mantas y demás enseres bajo los puentes de la ciudad: Ventas, Plaza
de España, Puente de Vallecas, Nuevos Ministerios, Corazón de María... Han
escogido estos puntos por su cercanía a los semáforos, donde tienen su “puesto fijo
de trabajo”. Otros viven en campamentos en las Vistillas, en el Templo de Debod
o en el parque de Vallehermoso.
Samur
Social, que este año ha incorporado dos mediadores rumanos para ayudar a
mejorar la situación de esta comunidad, señala que estas personas no se dejan
ayudar, prefieren seguir marginados y dedicarse a la mendicidad y la chatarra.
El
Ayuntamiento ha destinado un millón de euros en el programa “Campamentos” para
insertar socialmente a estos marginados pero solo ha conseguido convencer a una
familia y a una pareja joven de Usera.
La
noticia incluye la carta de un lector que cuenta la «vergüenza y el asco» que
le produjeron la visión de los indigentes durmiendo y orinando sin escrúpulos
en los soportales la Plaza Mayor por la tarde noche al mostrarles la
emblemáticaplaza a unos amigos canadienses.
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