Nos informa Madridiario que las obras del túnel de alta
velocidad que conectaría las estaciones de Atocha y Chamartín comenzaron en
2010 y estaba previsto que finalizaran dos años más tarde. La crisis paralizó
el proyecto y el Estado no prevé ningún tipo de inversión para 2015. Adif
confía en que el túnel quede finalizado en 2018.
Madrid es un auténtico queso Gruyère, así que un túnel más o
menos, no le va a afectar. La ciudad corre el riesgo de terminar como la de la
mítica película “La leyenda de la ciudad sin nombre”: hundida.
Bromas aparte, lo lamentable fue proyectar tantas obras
faraónicas a las que les ha pillado la crisis, véase del estadio Vallehermoso o
el Centro de Convenciones que nos han dejado dos inmensos cráteres “sinde die”.
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