Cual
Lázaro resucitado, la momia de Legazpi, tras ocho años “amortajada” con telas
que impedían su visión, ha resucitado. El martes cayeron los “vendajes” para
que una delegación del Instituto de Patrimonio de Cultura de España estudiara
el estado de conservación de la escultura. Se trata de uno de los pegasos que
Agustín Querol realizó como remate del edificio del Ministerio de Fomento (hoy
de Agricultura), en el paseo de la Infanta Isabel. Una vez se haga el informe
preceptivo, el Ayuntamiento decidirá qué destino darle a este pegaso más
conocido por los vecinos de Arganzuela como “la momia”.
En los
años setenta del siglo pasado, el mal estado de conservación de grupo
escultórico de La Gloria y los Pegasos realizado en mármol de Carrara, obligó a
su sustitución por una réplica, en bronce, obra del escultor Juan de Ávalos.
Las esculturas originales se trocearon para poder hacer realizar las copias
mediante la técnica del vaciado. Los fragmentos quedaron depositados
inicialmente en el interior del ministerio y, finalmente, abandonados en un solar
cerca de Puerta de Hierro.
La
azarosa y muy completa trayectoria de estas esculturas se puede leer en
Madridiario. Recuerdo que en los años 90, cuando yo vivía en “la Prospe”,
aparecieron de la noche a la mañana tres pedestales en el lateral del parque
que hay entre las calles de Príncipe de Vergara, Juan Bravo y Maldonado. En el
pedestal central se colocó un ángel con los brazos extendidos al que le faltaban
las manos. En los otros dos pedestales no llegó a colocarse nada. Y tal como
llegó el ángel manco, desapareció a los pocos meses.
El
resto es historia: La Gloria se colocó en la glorieta de Cádiz y los Pegasos en
la plaza de Legazpi, hasta que uno de ellos terminó abandonado en un almacén de
la calle Áncora y el otro, vendado como una momia.
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