En
medio de un descampado, en la calle Seco esquina a Barrilero, se levanta aún
media casa en ruinas. El Ayuntamiento no la derriba porque tiene un “okupa. Se
halla cerca del puente de los Tres Ojos, de la M-30. Como un resistente al
estilo de los últimos de Filipinas, el “okupa” impide que las ruinas sean
derribadas.
La
media casa, de dos plantas pensadas para dos familias, tiene una escalera
exterior de hierro forjado que da acceso a la planta superior. A la vista ha
quedado la cisterna del inodoro, en la planta baja y, en la superior parte de
la cocina con sus azulejos.
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