Como
cuenta el ABC, el georradar no engaña y este ha encontrado la traza de la
antigua iglesia que había antes de la actual. Las fuentes documentales aseguran
que bajo el templo fueron enterradas seis personas -con nombres y apellidos-
entre ellas, un niño así como Cervantes, quien recibió cristiana sepultura muy
modesta, con un sayal como mortaja y la cara descubierta.
La
noticia termina contando, de forma anecdótica, el entierro del marqués de
Leganés y primo del conde duque de Olivares y de cómo explotó por los aires el
buen señor. Una anécdota más propia del Día de los Difuntos que de un día
primaveral como el de hoy.
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