Una de
las dos esquinas de la calle del Barquillo con Alcalá está ocupada por el
antiguo edificio del Banco del Río de la Plata, hoy sede del Instituto
Cervantes. Es fácilmente reconocible por las enormes cariátides que enmarcan la
entrada principal. El inolvidable Santiago Amón, en la última conferencia que
dio, seis días antes de morir en accidente de helicóptero, y a la que yo
asistí, contó que cuando se construyó este edificio los madrileños se referían
a él como la casa de “¡joder qué puerta!”.
En la
otra esquina se alza el antiguo palacio del marqués de Urquijo. Junto a él, en
la calle del Barquillo, otro palacio, el del hijo del banquero José Fontagud.
Ambo, unidos,
están ocupados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Pedro
Montoliú nos cuenta la historia de los dos edificios en Madridiario
¡Feliz
tarde!
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