Hace casi tres años que empecé, de manera casual, la
investigación sobre Parisiana, un club-casino muy de moda desde que se inauguró
en 1907, en terrenos de la Moncloa y que, en 1924 fue cedido al Instituto del
Cáncer. Todo se remonta a raíz de leer varios tuits -en el verano de 2014- de
unas personas del AECID (antiguo Instituto de Cultura Hispánica), a las que no
conocía personalmente, y que comentaban el devenir de Parisiana. A los pocos
días me reuní con ellas en la biblioteca de la propia sede, acompañada de un
montón de fotografías y planos antiguos que había imprimido y repartí para
poder hablar del tema. ¡Gracias, Estíbaliz y Charo -entre otras personas- por
meterme el gusanillo por Parisiana!
Ellas, en sus artículos “La Parisiana”
y “Buscando Parisiana encontramos a
Mayrit”
fueron el inicio de la investigación y de mis desvelos hasta hoy.
Buscar datos de Parisiana, que se mostraba muy esquiva,
llevó a seguir investigando la zona de Moncloa comprendida entre las avenidas
de los Reyes Católicos y del Arco de la Victoria y que bauticé como la “Colina
de Parisiana”: el propio club, el Asilo de Santa Cristina, los institutos del
Cáncer y Rubio, y el Tiro Nacional. En cierto modo, descubrí que el Parisiana
tenía algo que ver con todos ellos.
Paralelamente, don “Florentino Areneros” del GEFREMA y gran
experto del Frente de Madrid en la Ciudad Universitaria, desconocía por
completo qué “pintaba” una iglesia en la zona cercana al Faro de Moncloa, así
que, paralelamente a la búsqueda de datos sobre Parisiana, me puse a investigar
la misteriosa capilla de vida efímera. La contienda fraticida nunca ha sido
tema de mi devoción, además, mis estudios siempre se remontaban a fechas mucho
más remotas. ¡Gracias, “don Floro” y su magnífico blog Sol y moscas http://florentinoareneros.blogspot.com.es/
por ilustrarme sobre la “guerracivilmaquia”!
¡Gracias, Álvaro Bonet -arquitecto- por tu perfecta
descripción de la portada de la Capilla! Como yo no he estudiado Arquitectura,
me cuesta mucho explicar los elementos arquitectónicos porque mi vocabulario en ente sentido, es muy básico.
Finalmente, debo agradecer a Rosario Fernández del
Departamento de Documentación y, sobre todo, a Ana Pérez, del mismo
departamento y encargada de la gestión de imágenes, por su amabilidad al
proporcionarme las fotografías de los fragmentos del retablo y del Crucifijo de
la antigua Capilla del Instituto del Cáncer que se hallan en el Museo Nacional
de Escultura de Valladolid. Para mí ha sido una sorpresa descubrirlos pues, al
empezar la investigación de esta misteriosa capilla, di por hecho que todo
había desaparecido en la Guerra Civil.
En próximas entregas iré desgranando el resto de esta zona
que fue Frente de Madrid. El grupo Historias
Matritenses, en Facebook, también me ha ayudado mucho. ¡Muchas gracias,
chic@s por haber conseguido en un hilo que ha sobrepasado los 500 mensajes
-todo un récord- qué era un hotelito acribillado a cañonazos en medio de una
desoladora manzana:
Cualquier aportación
o corrección sobre el tema, serán siempre bienvenidos.
Madrid, 6 de febrero de
2017
Felicidades por el trabajo y gracias por compartirlo, una historia olvidada y maravillosa que con tu trabajo pones en valor.
ResponderEliminarGracias a ti por leerlo :)
ResponderEliminarMaravilloso, Isa. Pocos sabemos lo difícil que es sacar historia de donde apenas hay indicios. Tu trabajo es doble en este caso. Enhorabuena! :-)
ResponderEliminarMuchíisimas gracias, Altamo :)
ResponderEliminarDespués de leerlo he ido a ponerme la gorra para luego descubrirme ;-) Te felicito por tan estupendo trabajo.
ResponderEliminarUn saludo, Pablo
Muchas gracias, Pablo ;)
ResponderEliminarGracias Isabel, eres una incansable rastreadora de la historia, de nuestra historia; tu trabajo de investigación es más que admirable.
ResponderEliminarEs siempre un verdadero placer leerte, nunca defraudas.
Enhorabuena, un abrazo matritense.
Hola, os copio el mensaje que me ha enviado por correo electrónico Alfonso González porque su navegador no le permite escribir en el blog:
ResponderEliminar«Quizá se me escapa algún detalle pero yo no interpretaría el sello de censura como que algo del mensaje hubiera sido eliminado ("censurado")sino más bien me imagino que todo el correo debía ser sometido a censura, es decir, inspección, y una vez pasada la inspección se sellaba y se le permitía circular. No creo que tuviera nada que ver con el contenido de ese mensaje en concreto. Es mi interpretación.»
Puede ser también una explicación válida, Alfonso. Gracias por tu aportación :)
Pasmado me he quedado, Isabel. Que trabajo tan arduo e increíble. No puedo más que mostrate mi admiración por tu constancia investigadora que reafirme una y mil veces tu amor por nuestra ciudad.
ResponderEliminarBesos de tu amigo, Julio.
Muchas gracias, Julio. Me pones colorá.
ResponderEliminarRequetebesos