La calle de José Ortega y Gasset recibió este nombre en 1955, cuando se eliminó su primera denominación, calle de Lista, el cual se asignó en 1871 y estaba dedicada al sacerdote, escritor y matemático sevillano del siglo XVII, Alberto Rodríguez Lista y Aragón. A pesar de los años transcurridos desde que recibió su nueva denominación, popularmente, los madrileños la siguen llamando Lista, quizá también por la permanencia del nombre en la estación de metro. Del libro “Los porqués de Madrid”, Isabel Gea. Ediciones La Librería. ___ edición. ___ €. http://www.edicioneslalibreria.es/
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ResponderEliminarHola Mayrit, pues si hay Asilo para rato como nos dijiste, con este nuevo capítulo, tenemos lectura para rato. Veo que todo se va a complicar con el campamento de mendigos. Hasta pronto con mi próximo comentario! Anne
ResponderEliminarHola Mayrit
ResponderEliminarTardé bastante en leer a fondo este capítulo sobre el campamento para los mendigos. No imaginaba que el hospital Clínico había sido es espacio ocupado por él cuando pasaba por Cristo Rey e Isaac Peral para ir a mi colegio francés en los años 60 y 70. ¡Que tristeza sentí al leer este capítulo a pesar de todo! Qué pobreza reinaba en Madrid, si en el fondo los del Ásilo de Santa cristina estaban en mucha mejor situación que los pobres mendigos que se "depositaban" y, en cierto modo, se hacían desparecer de la vista como sea, impidiéndoles escaparse del campamento. Este hecho de ducharles, raparles y desinfectarles a la fuerza recuerda todos los campos de concentración y poco sabemos de lo que pasó luego con esta pobre gente. Te felicito por la investigación que hiciste sobre el Ásílo de Yeserías también que, por cierto, tiene cambiantes nombres. Gracias por todos los documentos aportados.
Todo termina con el traspaso a la Facultad de medicina y el campamento de mendigos se transforma en un hospital de campaña para los heridos de Annual, con barracones de madera como los de mi escuela de Lens (Francia) en 1946, lo que no deja de ser muy precario, frío y con malas instalaciones de agua. Qué épocas aquellas y ¡nos quejamos de la nuestra actual!
Un abrazo
Anne
Efectivamente Anne, en aquella época había mucha miseria y pocos medios para combatirla. Y a los que encerraban en campamenetos, la primera medida era desinfectarlos para evitar la propagación de enfermedades como la sarna, piojos y demás. Lo cierto es que Madrid nunca supo cómo afrontar el tema de los mendigos que pedían limosma en la calle.
ResponderEliminarUn abrazo,
"Mayrrit"