Entre las calles de la Luna y del Pez.
En esta calle
está el convento de San Plácido, el cual fue bendecido el 16 de agosto de 1624,
festividad de San Roque. Por este motivo, las monjas colocaron en su fachada
una imagen de este santo, de donde tomó el nombre la calle. En la sacristía de
la iglesia estuvo el famoso Cristo crucificado
de Velázquez, cuadro que el rey Felipe IV regaló al convento según se dice para
expiar "sus pecados".
Se cuenta que el rey se enamoró de sor
Margarita de la Cruz,
una monja joven y de gran belleza, nada más verla y hablar con ella a través
del locutorio. Como el rey quiso que fuera su amante planeó, con el conde duque
de Olivares y el conde de Villanueva, secuestrarla una noche. Sin embargo,
cuando los tres hombres llegaron hasta la celda de sor Margarita, se llevaron
una gran sorpresa, pues encontraron un ataúd con un cirio en cada esquina y a
sor Margarita en su interior con la cara muy pálida y un crucifijo entre las
manos. Los tres hombres huyeron asustados de allí y el rey, para expiar su
pecado, encargó a Velázquez que pintara un Cristo crucificado el cual regaló al
convento junto con un reloj que cada hora tocaba las campanas a muerto. Y se
dice que el reloj siguió sonando hasta que sor Margarita murió. A partir de ese
momento, sólo tocaba cada vez que moría una
monja.
Del libro “Los nombres de las calles de Madrid”,
Isabel Gea.
5ª Edicion - Fecha de la publicación: 14 Mayo 1993
Precio 6.90 €. / Ebook 3.45 €.
Editorial: Ediciones La Librería.
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