En el parque de las Avenidas se da una curiosa coincidencia: todas las calles están dedicadas a capitales mundiales, como propuso en 1961 el presidente de la compañía promotora.
Hasta aquí, la cosa no tiene mayor interés, pero... ítodos los nombres de las calles y plazas empiezan por la letra b.
Lean, lean: avenidas de Bruselas, Baviera, Brasilia, Bonn, calles de Berlín, Brístol, Berna, Bolonia, Bayona, Brescia, plazas de Basilea, Burdeos, Boston.
Pero como en todo, hay una excepción: la plaza de Venecia, que según la opinión popular, debió ser un error ortográfico. Del libro "Curiosidades y anécdotas de Madrid". Isabel Gea.
Ediciones La Librería. http://www.edicioneslalibreria.es/10ª edición. 6,50€
El Teatro Real se construyó en el solar del antiguo teatro de los Caños del Peral que fue derribado por su mal estado en 1817. Un año más tarde, comenzó la construcción del nuevo teatro que se prolongó a lo largo de más de treinta años, siendo inaugurado en 1850 por la reina Isabel II. La planta del teatro resultó muy forzada por el solar que ocupaba, lo que había obligado al arquitecto Antonio López Aguado a articular la sala y el escenario de tal manera que quedaron muchos espacios vacíos así como un difícil tránsito a través de las alas y de las cajas de escaleras. Como la entrada por la plaza era de uso exclusivo para la familia real, y el público entraba por la fachada posterior en la plaza de Isabel II, los espectadores se veían obligados a recorrer interminables pasillos y escaleras. Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico señaló que «este edificio [el teatro] tiene la planta mas ingrata que para un edificio de esta clase ha podido elegirse». En cualquier calleje
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