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Y la llama eterna... se apagó





El 22 de noviembre de 1985, el entonces rey Juan Carlos I prendió la llama votiva del Obelisco de la plaza de la Lealtad en recuerdo a todos los que dieron su vida por España a lo largo de los siglos.

Y así ha permanecido esta llama eterna durante casi 30 años pero, desde hace unos días, está apagada. ¿El motivo? «un fallo en el funcionamiento del sistema que ha obligado a interrumpir el suministro de gas», según informa el Ayuntamiento señalando, además, que la llama votiva «depende del Ministerio de Defensa».

Los turistas, mientras fotografían el monumento hacen cábalas:

¿Será que como el gobierno cada vez destina menos dinero al Ministerio de Defensa este no tenga suficiente para pagar una mísera llamita todos los días?
- A lo mejor es una medida de ahorro, ¡vaya usted a saber! Lo mismo la encienden los días pares y la apagan los impares.
-Pa,mí que Iberdrola les ha cortado el suministro por impago.
-Esto es cosa del Ayuntamiento, seguro, que como anda apretándose el cinturón... que lo leí ayer, sí, en un blós de internés, que están ahorrado en papel, en ordenadores, en electricidad, y seguro que también en gas.
-Pos el martes Felipe VI celebra por primera vez la Pascua militar, como esté apagada la llama votiva, es pa’denunciarlo al juzgado de guardia.
-¿A quién? ¿Al rey?
-No, hombre, no, al rey no, al que haya apagado la llama.
-¡Ah! ¿Y quién la ha apagado?
-¡Y yo qué sé! Hace usted demasiadas preguntas. ¡Adiós!

http://www.elmundo.es/madrid/2015/01/03/54a84859268e3e9a648b457e.html



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