Un mes
hace ya que se cambió de contrata y los vecinos de Vallecas, Usera, Carabanchel
y Villaverde sufren las consecuencias: los contenedores llenos y retrasos de
hasta cuatro días en la recogida de basuras.
Madrid
es un gigantesco basurero y nuestra querida y nunca bien ponderada alcaldesa,
en su afán por reducir la faraónica deuda que nos dejó
Alberto Ruiz-Gallardón, no ha dudado en aceptar las contratas más baratas y así
nos va a los madrileños, que ya no sabemos dónde dejar las bolsas de basura en
unos contenedores rebosantes.
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