Entre las calles Calatrava y Toledo.
En esta
calle había unos corrales que pertenecían a unas monjas de Alcalá de Henares y
en los que se crió la paloma que voló sobre la imagen de la Virgen de las Maravillas
cuando la trasladaron al convento de la calle de la Palma (hoy iglesia de San
Justo y San Pastor).
Esta imagen es la misma que salvó al niño que mató un
cazador en un arrebato en la antigua calle del Lobo (ver calle de Echegaray).
Desde entonces los corrales fueron conocidos como los de la Paloma, de donde tomó el
nombre la calle.
En 1790, unos chiquillos encontraron en estos corrales, junto
a la leña, una pintura de la
Virgen de la
Soledad, que representaba el traslado de la Virgen con la paloma encima
de su cabeza. Cuando Isabel Tintero, que vivía en esta misma calle, se enteró,
le compró a uno de los niños el cuadro, le quitó el bastidor que estaba roto y
lo puso en un retablillo en el portal de su casa, donde empezó a ser venerada
por los vecinos del lugar como la
Virgen de la
Paloma, una de las vírgenes más queridas por el pueblo
madrileño.
Del libro “Los
nombres de las calles de Madrid”, Isabel Gea.
5ª Edicion - Fecha de la
publicación: 14 Mayo 1993
Precio 6.90 €. / Ebook 3.45 €.
Editorial: Ediciones La
Librería.
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