Terminamos
con una noticia que debería partimos el corazón a todos. Los miembros del Samur
social, así como los voluntarios de la ONG Solidarios para el Desarrollo, son
lo más parecido a aquellos miembros de la Hermandad del Refugio que, en el
siglo XVIII, recorrían las calles de Madrid repartiendo pan y huevos duros a
los mendigos que no tenían un techo donde cobijarse.
Hoy,
unas 700 personas viven malamente en las calles de Madrid. De ellas, el 48% son
españoles y el resto, extranjeros. En total unos 2.200 sin techo, contando los
que utilizan los albergues de los que el 80% son españoles con una edad media
de 42 años. El 38% de ellos prefieren vivir en la calle.
Cada
noche sale elSamur social repartiendo un poco de comida y café caliente. Los
voluntarios anónimos de Solidarios para el Desarrollo lo hacen igualmente pero
en su caso, con un valor añadido: «su
objetivo es conversar con ellos “desde la igualdad, en un intento de romper su
soledad e intentar ayudarles a recuperar su autoestima”, explica Jesús Sandín,
responsable del programa».
Junto al parque de Atenas, en un rincón, vive un italiano en
compañía de un enorme perro que se llama “Roco” y un gato. Los vecinos del
barrio, entre los que me incluyo, le ayudamos con comida para que, al menos, no
se marche a su cama al raso sin nada que llevarse a la boca.
Son demasiados los indigentes que viven en la calles de
Madrid, algo que nos debería dar mucha vergüenza y hacernos reflexionar sobre
estas personas que, por distintas circunstancias, se han quedado sin casa.
Afortunadamente para ellos, aún existe la “ronda del pan y huevo”.
¡Feliz domingo!
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