Ir al contenido principal

Los jueves, paella





Y terminamos ya por hoy este resumen de prensa con una noticia para abrir boca que ya se acerca la hora de comer. No se sabe el porqué de este día escogido, el jueves, para la paella de menú, pero en casi todos los restaurantes es el día de la paella. Sin embargo, lo que sirven es cualquier cosa salvo paella.

Es lo que opinan los integrantes de la Comunidad de la Paella, quienes afirman que la auténtica paella valenciana y alicantina no es aquella que lleva guisantes, espárragos, y demás tropezones que solemos ver en esos platos de menú.

Hace dos años nació la Comunidad de la Paella quienes recorren «las arrocerías de Madrid buscando auténtica paella valenciana y arroz del senyoret» y desenmascaran, «de paso, a quien reinventa la receta a su antojo», afirman. Además, han puesto en marcha lo que ellos «la silla invitada, en la que invitan a una personalidad del mundo de la cultura, la política o el deporte a comerse con ellos una paella. Puede ser valenciano o no». 

Tienen previsto crear la «una wikipaella, una plataforma web que aglutinará la mayor cantidad de recetas de arroz del senyoret, paella valenciana, alicantina o con conejo y caracoles».

A mí me encanta la paella alicantina, más que la valenciana (que me perdonen los valencianos), pero por encima de todo, mi plato favorito es el arroz abanda. Lo que me gusta de verdad es el arroz, el arroz sin nada más, los tropezones casi me sobran pero son los que le dan sabor al arroz. La ventaja que tiene esta variedad es que los tropezones se sirven de segundo plato, con o sin el acompañamiento de all i oli (ajo y aceite), según se prefiera.

De momento, este grupo de defensores de la auténtica paella han recorrido 13 arrocerías de las cuales, solo han superado la prueba 4, el resto se han llevado un sonoro suspenso.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Por qué los madrileños llaman Lista a la calle de José Ortega y Gasset?

La calle de José Ortega y Gasset recibió este nombre en 1955, cuando se eliminó su primera denominación, calle de Lista, el cual se asignó en 1871 y estaba dedicada al sacerdote, escritor y matemático sevillano del siglo XVII, Alberto Rodríguez Lista y Aragón.  A pesar de los años transcurridos desde que recibió su nueva denominación, popularmente, los madrileños la siguen llamando Lista, quizá también por la permanencia del nombre en la estación de metro. Del libro “Los porqués de Madrid”, Isabel Gea. Ediciones La Librería. ___ edición. ___ €. http://www.edicioneslalibreria.es/  

Origen del nombre de Moncloa

El distrito de Moncloa debe su nombre a los condes de Monclova (con v) ‑título que ostentan actualmente los duques del Infantado-, dueños de gran parte de los terrenos donde hoy se asienta el distrito.  Los condes residían en el antiguo palacete de la Moncloa el cual pasó a distintos propietarios y fue destruido durante la Guerra Civil, por ser toda esta frente de batalla.  El actual palacio de la Moncloa, mucho menor en tamaño, se construyó imitando el estilo antiguo del primitivo.  Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte Isabel Gea. Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€. http://www.edicioneslalibreria.es/

¿Por qué el edificio del Teatro Real tiene forma de ataúd?

El Teatro Real se construyó en el solar del antiguo teatro de los Caños del Peral que fue derribado por su mal estado en 1817. Un año más tarde, comenzó la construcción del nuevo teatro que se prolongó a lo largo de más de treinta años, siendo inaugurado en 1850 por la reina Isabel II. La planta del teatro resultó muy forzada por el solar que ocupaba, lo que había obligado al arquitecto Antonio López Aguado a articular la sala y el escenario de tal manera que quedaron muchos espacios vacíos así como un difícil tránsito a través de las alas y de las cajas de escaleras. Como la entrada por la plaza era de uso exclusivo para la familia real, y el público entraba por la fachada posterior en la plaza de Isabel II, los espectadores se veían obligados a recorrer interminables pasillos y escaleras. Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico señaló que «este edificio [el teatro] tiene la planta mas ingrata que para un edificio de esta clase ha podido elegirse». En cualquier calleje