Los primeros en notar la crisis tan bestial que nos azota, después de a las personas afectadas, fueron las mascotas que, de la noche a la mañana, en un goteo incesante, se vieron en la calle, cuando su dueñ@ se vio obligado a dejar su pisito o apartamento de alquiler o con hipoteca y regresar a casa de sus padres pero con una condición por parte de estos: “bienvenido a casa pero tu mascota no entra aquí, te pongas como te pongas”.
Solo entre 2009 y 2010, en la Comunidad de Madrid se
abandonaron 8.300 mascotas. Como explica la Fundación Affinity"nos vimos
desbordados. Rebasamos todo lo que había visto hasta el momento. Nos los
dejaban atados a la puerta y a la garita del guardia de seguridad o los tiraban
por encima de la tapia. Aún hoy nos pasa. Además, muchos extranjeros residentes
en España nos los dejaban entre lágrimas porque volvían a su país. Se quedaron
sin trabajo y no podían pagar el viaje de vuelta o hacerse cargo",
recuerda María Luisa Conty, responsable del Centro de Protección Animal del
Ayuntamiento de Madrid.
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