En el pinar de Chamartín, uno de los
árboles que se conservaban antes de la construcción de la M-30 era el conocido por el "pino de
Napoleón", porque según se dice, desde él el emperador francés divisaba
las operaciones de los suyos, además de sentarse a meditar, y puede que a
planear cómo someter al pueblo madrileño.
Del libro
“Curiosidades y anécdotas de Madrid”, 2ª parte
Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 5ª edición. 6,50€.
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