Pues
sí, para el año que viene la alcaldesa se ha sacado de la manga una nueva forma
de recaudar dinero con la excusa de bajar la contaminación.
Los
parquímetros de la calle decidirán el precio a pagar en función de si el coche
es contaminante o no, es decir, si es nuevo o antiguo, si es de gasolina,
diésel, híbrido... ¿Cómo? muy fácil: hay que introducir el número de matrícula
y el aparato en cuestión hace un cruce de datos con la DGT y ¡voilá! calcula
cuánto dinero hay que pagar por aparcar en la calle.
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