En fotografías antiguas de la Plaza Mayor podemos
ver una plaza diferente, con jardines, quiosco de música y una verja alrededor
de la estatua ecuestre de Felipe III.
Este aspecto lo adquirió en 1873,
transformando el lugar en una zona de paseo, pero en 1936, el Ayuntamiento
decidió devolver a la plaza su antiguo aspecto de plaza castellana.
El diario Ya de aquel año comentaba que como el
Ayuntamiento quería suprimir todo aquello que no formara parte de la primitiva
plaza (árboles, quiosco, setos, etc...) habría que tener en cuenta que, aunque
primitivamente no existían las bocas de riego, fuesen respetadas.
En cambio,
tranvías, autobuses, camiones y coches, que por supuesto no existían en la
primitiva plaza, no fueron suprimidos de la misma hasta los años cincuenta y
sesenta. En la actualidad la estatua ecuestre de Felipe III ha recuperado su
verja de hierro para evitar que los gamberros siguieran dejando su “impronta”
graffitera en el pedestal.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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