A finales del siglo XVI y principios
del XVII, la mayoría de los genios de las letras morían en el anonimato.
Sin
embargo, Lope de Vega, fue una excepción, porque cuando murió, el pueblo de
Madrid le tributó unas pompas fúnebres más propias de héroe de guerra que de
literato.
Del libro “Curiosidades y anécdotas de Madrid”, Isabel Gea.
Ediciones La Librería. 10ª edición. 6,50€.
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